La sexualidad es el reconocimiento de nuestro ser y nuestro cuerpo; permite saber a qué sexo pertenecemos e influye en el papel de cada persona en su familia y en la sociedad.
Las personas somos producto de todo lo que nos rodea, nos vamos formando como hombres y mujeres desde que nacemos; las características físicas, biológicas, sociales, culturales, emocionales y psicológicas, hacen del individuo un ser sexual.
Los padres y la sociedad nos encargamos de asignar el papel que ha de desempeñar cada uno dependiendo del sexo, desde que los hijos son pequeños los vestimos, les mostramos cómo hablar, cómo comportarse, a qué jugar, etcétera dependiendo si es varón o mujer, preparándolos así para la vida en sociedad.
Es muy importante que se refuerce la identidad del niño o niña y se le respete tal como es. Cada uno muestra a los demás su forma de ser y el que un niño quiera jugar con muñecas o la niña elija un coche no significa que deje de ser “él” o “ella”. No se puede pensar en sexualidad si no se consideran todas las características de la persona.
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